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El uso del vacío es una práctica estándar en muchas industrias que buscan mejorar la calidad de sus procesos operativos, ya sea para empacar productos, dar forma a componentes esenciales, realizar procesos de recubrimiento o manejar materiales delicados.

Las bombas forman parte del equipo utilizado en este proceso de vacío, las cuales operan a mayor o menor intensidad dependiendo del tipo de aplicación, recibiendo desgaste, humedad, contacto con componentes externos, polvo, etc. De esta manera, una correcta supervisión del estado de la bomba es crítica para asegurar su funcionamiento y prevenir paros de línea en el futuro que perjudiquen la capacidad de producción de la empresa.

Este tipo de supervisiones predicen cuando el equipo necesita un mantenimiento preventivo mayor o menor dependiendo del desgaste recibido en la bomba para ser agendado con tiempo y contar con equipos de reemplazo. Sin embargo, es común que por desorganización, para reducir costos de mantenimiento, o para evitar perder capacidad productiva, las empresas opten por seguir algunas malas prácticas.

Malas prácticas en el uso de bombas y equipos

1. Rellenar el aceite en las bombas cuando los niveles se encuentran bajos.

Esta práctica podría parecer lógica, al asociarla con otros sistemas que también requieren rellenado de aceite cuando los niveles son bajos, sin embargo, agregar aceite a la bomba en niveles bajos puede contaminar el nuevo aceite. Esto ocurre al mezclarse con aceite previamente calentado que contiene desechos o impurezas. Este tipo de prácticas son responsables de altos costos relacionados con la pérdida de aceites en buen estado.

2. No dar mantenimientos preventivos al equipo.

Muchas empresas debido a su alta demanda operativa o por evitar costos optan por no respetar los ciclos de mantenimiento recomendados, acortando la vida útil de las bombas y provocando que los mantenimientos mayores se necesiten con mayor frecuencia los cuales son más profundos y deben realizarse en periodos específicos. No respetar los tiempos de mantenimiento incrementa la probabilidad de fallos y paros en las bombas.

3. No tener una bitácora de trabajo o conteo de horas del funcionamiento de tus equipos para determinar la necesidad de un mantenimiento mayor o menor.

Es común que en muchas organizaciones no se cuente con un formato institucionalizado o bitácora que lleve el registro de horas de trabajo de las bombas y equipos. Por ello, resulta imposible para los encargados de mantenimiento determinar cuándo debe realizarse una inspección o un cambio de parte, aumentando la incertidumbre y los costos relacionados con el uso de consumibles como aceites o filtros.

4. Hacer mantenimientos “menores” solo cambiando el aceite.

Para mantener el correcto funcionamiento de las bombas y equipos es necesario que se realicen mantenimientos menores con cierta frecuencia recomendada. Muchos responsables de mantenimiento creen que el mantenimiento menor se realiza únicamente al cambiar el aceite de la bomba, sin embargo, se realizan otras actividades además de esta, como el cambio de filtros y sellos, que, al no reemplazarse, pierden calidad, se saturan de aceite y dejan de retener neblina de manera efectiva.

5. Colocar aceites y refacciones que no son recomendados por el fabricante.

El uso de componentes genéricos para el mantenimiento de bombas es perjudicial para el equipo, comprometiendo su calidad y estándar de funcionamiento. Recomendamos utilizar empaques, filtros, válvulas, cojinetes, aceite y demás componentes de mantenimiento comunes recomendados por el fabricante.

Adopta buenas prácticas de mantenimiento 

Queremos asegurarnos de que recibas el apoyo adecuado. Sigue las recomendaciones de nuestros expertos para proteger tus equipos y reducir costos a largo plazo.

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